Don Guillermo Félix Crespo se inicia en la cría de caballos criollos en el año 1962 con líneas de sangre argentinas, con origen en El Piolín Guampa. Al poco tiempo se incorporaron yeguas de la cría de San Justo de Erdman Del Carril, hijas del Prendedor y del Oportuno Guampa, San Justo 644 y San Justo 539. En 1974, Gonzalo Torres, le regala a Sepulturas Altanero. Padrillo chileno hijo de Sepulturas Paleta y Santa Isabel Farrera, sentando las bases de la historia funcional de la cabaña.
Su hijo, Martín Félix Crespo, involucrado desde chico en la doma y hechura de los caballos, comienza a participar en todas las disciplinas de la raza, siendo el corredor más joven de la época con sólo 13 años, por el año 1978.
El principal objetivo de la cabaña, fue desde sus comienzos, la funcionalidad sin descuidar la morfología y características raciales. De esta manera, cada cría, se domaba y participaba de todas las pruebas de selección. Así, las dos yeguas iniciales y Sepulturas Altanero, están dentro del registro de mérito de la Raza Criolla.
A partir de los años 90, Martín F. Crespo, continúa con la dirección de la cabaña, siempre buscando el caballo ideal. Gracias a una amistad forjada durante años, y a la generosidad de Eduardo Ballester, la Baguala incorpora las sangres más reconocidas de San Baldomero y de Chile: Oporto, Huaso, Zapateado, Papayero, Taco y Estribillo en las yeguas Mañanero La Miré, Mañanero Bien Puesta, Dormida Pluma Roja, Nochero Piluchita, todas madres probadas en las pistas y todavía hoy formando parte del plantel de reproductoras.
La Baguala, desde sus orígenes, se caracterizó por difundir y compartir la raza Criolla. Así como en 1979, Guillermo Crespo forma la Sub Comisión de Equinos de la Sociedad Rural de Rosario, dando impulso al movimiento criollista en la región, años más tarde, Martín Crespo monta el primer centro de doma y entrenamiento del país para caballos criollos; recibiendo animales de las cabañas más importantes para seleccionar y preparar sus productos. Siguiendo siempre la idea de acercar gente al caballo criollo, crea la primera escuela de equitación criolla, con el fin de formar buenos jinetes conservando las líneas de nuestras tradiciones.
Más de cincuenta años dedicados a la cría del caballo criollo. Seguimos en el mismo camino, buscando el mejor caballo, el más noble, el más vaquero, el más típico. El más criollo.
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